En caravana, para celebrar la fiesta de Don Carnal 20/02/2019

Quienes quieran disfrutar al máximo del Carnaval, tienen en la autocaravana una aliada de excepción, dado que este tipo de vehículo, que permite a sus usuarios el no tener que depender de alojamientos disponibles o el no tener que hacer largas colas para reponer fuerzas con una suculenta comida, cena o tentempié, permite a los viajeros llevar consigo todos sus pertrechos, incluidos aquellos necesarios para completar el atrezzo de cualquier comparsa en la que quieran participar. 

De hecho, para muchos, el Carnaval no sería lo mismo sin acudir con su grupo de amigos a los desfiles que se celebran en su entorno más cercano. Acudir en aurocaravana les permitirá tener un lugar en el que cambiarse y caracterizarse para la ocasión, y en el que reponer fuerzas tras el desfile. 

En todo caso, como cada Carnaval, hacerse con el premio no es, ni mucho menos, la única recompensa de la que pueden disfrutar. No en vano, la fiesta ya se inicia cuando se comienza a fraguar la idea sobre la que la comparsa basará su desfile; y se intensificará, evidentemente, en todas las jornadas de preparación previas al mismo, en el que habrán de ultimar tanto el vestuario como todos aquellos elementos que consideren indispensables para la caracterización y recreación de la escena a recrear. La experiencia, que incluirá trabajo artesano y también múltiples ensayos, culminará con la ansiada performance, en la que tendrán permitido salirse ligeramente del guion para desplegar toda su alegría e imaginación.

Es más, si los organizadores del evento permiten la inclusión de vehículos en los desfiles, las comparsas podrán usar toda su artillería e incorporar sus autocaravanas como parte de la escena a recrear, de tal modo que también será preciso disfrazarlas

En cualquier caso, si lo que prefieren es visitar los Carnavales más famosos de España, simplemente habrán de llevarse sus mejores disfraces e iniciar ruta. Entre las propuestas más conocidas, el de Xinzo de Limia (en el sur de Ourense, que, con cinco semanas de duración, es el más largo de cuantos se celebran en España), el de Cádiz (con sus populares chirigotas y la tomatada popular) y el de Santa Cruz de Tenerife, todos ellos de Interés Turístico Internacional; el de Las Palmas de Gran Canaria, que aspira a obtener este reconocimiento en 2022. 

También merece una visita el Carnaval de Badajoz, de Interés Turístico Nacional, en el que sobresalen sus murgas y su multitudinario desfile de comparsas; el de La Bañeza (León), que se mantuvo incluso durante el franquismo y en el que los platos fuertes son sus parodias; el de Verín (Ourense), con sus cigarrones; el de Santoña (Cantabria), que incluye un Juicio en el Fondo del Mar; el de Toro, en Zamora; el de Ciudad Rodrigo, en Salamanca; el de Carnestoltes, de Sitges; el de Barcelona, que en el Born, propone replicar cómo eran estas fiestas en el siglo XVIII; o el del Círculo de Bellas Artes de Madrid, que, para el sábado 2 de marzo, propone un baile de máscaras (Demonio y Carne) al estilo veneciano.